El 21 de agosto de 1986, los trabajadores mineros de Bolivia, iniciaron la “Marcha por la Vida”, rechazando la vigencia del Decreto 21060 que entre otras medidas determinaba la relocalización de los mineros de las empresas mineras del estado boliviano.
La ciudad de Oruro fue el escenario central de los acontecimientos sindicales que movilizó inicialmente a miles de mineros que llegaron desde el norte Potosí y los centros mineros que correspondían a La Paz y Cochabamba, quienes protagonizaron marchas de protestas utilizando dinamitas que provocaron la movilización de los habitantes de la ciudad.
La vigencia del Decreto 21060, al margen de provocar el despido de más de 25 mil trabajadores mineros, provocó el cierre de las industrias y empresas comerciales de Oruro y Potosí que generalmente alimentaban con insumos a las empresas mineras.
Fueron jornadas de protesta de los mineros que impotentes buscaban que el gobierno del MNR presidido por Víctor Paz Estenssoro y sus aliados políticos, revoque el Decreto 21060, sin embargo todo el esfuerzo de la clase laboral fue inútil.
A la marcha de los mineros, se sumaron trabajadores y empleados de diferentes fábricas, empresas estatales, maestros, universitarios, entidades gremiales, campesinos y la pobladores de Oruro, Siglo XX, Llallagua, Colquiri, Potosí y La Paz, quienes por espacio de ocho días protagonizaron la marcha por la vida desde Oruro a La Paz, donde el 29 de agosto, el gobierno instruyo cercar a los marchistas en la población de Calamarca y detener la marcha de protesta.