De acuerdo a un nuevo balance provisional del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, el terremoto dejó al menos 912 muertos y unos 5.385 heridos en su país y provocó el derrumbe de unos 2.818 edificios, por lo que no se descarta que el número de víctimas aumente, según consignó la agencia de noticias AFP.
El vicepresidente Fuat Oktay había informado previamente que estaban reportadas hasta el momento 284 fallecidos y más 2.320 heridos.
Hubo derrumbes de viviendas en varias ciudades, entre ellas Alepo (norte), segunda urbe de Siria, además de Hama (centro) y en Lataquia y Tartus, en la costa mediterránea.
Un anterior balance de la televisión estatal dio cuenta de 239 fallecidos en estos sectores bajo control del régimen de Damasco.
En las regiones en manos de los rebeldes, cerca de son los Cascos Blancos socorristas que se movilizan en esas zonas quienes contabilizan las víctimas.
El epicentro se situó en el distrito de Pazarcik, en la provincia de Kahramanmaras, en el sureste de Turquía, a unos 60 km de la frontera siria.
El movimiento telúrico se sintió también en el Líbano y Chipre, según periodistas de AFP.
Es muy probable que el balance se agrave rápidamente, teniendo en cuenta el número de edificios derrumbados en las ciudades más afectadas, como Adana, Gaziantep, Sanliurfa y Diayarbakir, en el sureste de Turquía.
Debido a la hora en que ocurrió el sismo, de madrugada, la mayoría de la gente estaba durmiendo en sus casas.
Este sismo es el más importante en Turquía desde el terremoto del 17 de agosto de 1999, que causó 17.000 muertos, un millar de ellos en Estambul.