Marcelo Martins definió con calidad un centro que le cedió como con la mano Jaime Arrascaita (0-1), en el duelo ante Arabia Saudita que coronó su partido centenario con la casaca de la Selección Nacional.
Martins demostró que su letalidad está intacta, al igual que su moral. Por eso se mostró feliz al final del partido ante Arabia Saudita. “A nosotros nos encanta jugar ante Arabia Saudita, un equipo que tiene calidad y que le ganó al campeón del mundo en el último mundial, aquí nos tratan muy bien, espero que nos vuelvan a invitar para jugar”, dijo el capitán de la Selección nacional, remarcando la importancia del encuentro.
“Tengo un gran orgullo por llegar a los cien partidos, se me vienen a la cabeza los recuerdos de todo cuanto ha sucedido en este tiempo”, manifestó el atacante que luego de jugar la fecha FIFA desembarcará en el fútbol ecuatoriano que le espera con los brazos abiertos para jugar en el Independiente del Valle, el “matagigantes” que ostenta el título de la Copa Sudamericana y la Recopa.
Eso sí, el ariete internacional boliviano, puso énfasis que le falta aún algo más: “quisiera jugar un Mundial con mi selección”, remarcó dejando establecido que su sueño sigue intacto y lo luchará como el referente máximo del actual seleccionado boliviano que con Gustavo Costas quiere llegar a cumplir el sueño de muchos bolivianos.
Por eso el abrazo inmenso con Algarañaz y el seleccionador nacional Costas al final del encuentro.