Israel volvió a bombardear el sur de Beirut, bastión del movimiento proiraní Hezbolá, y amenazó a Irán con represalias tras su ataque con misiles de la víspera, ignorando los llamados internacionales a la desescalada.
Hezbolá anunció por la mañana que se enfrentó a soldados israelíes que intentaron infiltrarse en Líbano, al día siguiente del anuncio de Israel de incursiones terrestres ‘limitadas’ en la frontera libanesa.
El ejército libanés reportó por su parte una breve incursión del ejército israelí en el sur del país.
Israel y su aliado estadounidense amenazaron con responder al ataque lanzado el martes por Irán, que disparó unos 200 misiles contra el territorio israelí para vengar el asesinato de los jefes del movimiento libanés Hezbolá y del palestino Hamás.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, calificó el ataque iraní de «grave error» y aseguró que Teherán «pagará» el precio de la agresión que según él buscaba «matar a miles» de civiles. «Quien nos ataca, le atacamos», advirtió.
En la operación del martes, bautizada ‘Promesa Honesta 2’, Irán utilizó por primera vez misiles hipersónicos, según la prensa iraní. Teherán afirmó que 90% de los misiles alcanzaron su objetivo.
El ataque causó dos heridos leves en Israel, según los servicios de emergencia, y mató a un palestino en Cisjordania ocupada, de acuerdo a un responsable palestino.
El Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá de urgencia para tratar la escalada de hostilidades en la región.
Pero antes del encuentro, Israel declaró ‘persona non grata’ al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, por no condenar «de forma inequívoca» el ataque balístico de Irán.