La autoridad aeronáutica de Brasil determinó de forma preliminar que el avión de Boliviana de Aviación (BoA) realizó el 4 de mayo, en el aeropuerto de Guarulhos, São Paulo, un Hard Landing (aterrizaje duro) como efecto del viento cruzado, por lo que no se ajusta a un incidente o accidente de acuerdo a la normativa aeronáutica, informó el gerente de la aerolínea Ronald Casso.
“La primera investigación, el primer análisis técnico de este evento se ha hecho de parte de la autoridad aeronáutica brasileña que opera en el mismo aeropuerto, entidad que informó que el aterrizaje en el aeropuerto de Guarulhos, en São Paulo, fue clasificado como un Hard Landing, es decir, como un aterrizaje duro, un aterrizaje fuerte, lo que también ha significado que no es un incidente, ni un accidente de acuerdo a la normativa aeronáutica”, explicó en una entrevista en Fama Poder y Ganas.
En “los mismos videos (del aterrizaje duro) se puede ver que el avión” Boeing 737-800 “hace una aproximación con viento cruzado a la pista” del aeropuerto de Guarulhos, en São Paulo, Brasil, insistió.
La proximidad de viento cruzado – continuó Casso – es cuando “el avión se ve cruzado en relación a la pista, y eso es porque le apunta al viento para que el viento no lo saque de la pista; de esa manera se mantiene la dirección a la pista, cuando el avión va cruzado”.
“En ese tipo de aterrizaje, la parte más complicada es volver a poner el avión en línea con la pista al momento de tocar la pista, y es ahí cuando el piloto hace la maniobra para cortar el planeo; es decir, para ponerlo recto y toque la pista, ahí tiene un desequilibrio, se nota claramente que golpea primero una rueda y luego la otra, y eso es lo que ocasiona una posterior vibración y daños internos y externos al avión”, indicó.
En esa operación, la punta de una de las alas se quebró al igual que algunos paneles y focos del interior de la nave que cumplió la ruta Santa Cruz – Brasil.
Al tratarse de un “aterrizaje duro”, añadió Casso, lo que corresponde es realizar una investigación interna por parte de BoA en cuanto a las velocidades y a todas las circunstancias en las que ha ocurrido el evento.
Para ello se “bajará toda la data digital que tiene el avión y se hará las mediciones y simulaciones correspondientes para determinar qué acciones se van a tomar y, obviamente, identificar la real causa”, anticipó.
La data digital graba todo lo que ocurre en el avión, sus acciones, movimientos e inclusive la conversación del piloto con el copiloto y la torre de control.
A partir de esa información se establecerá si hubo, por ejemplo, una sobre corrección por parte del piloto; un golpe de viento repentino, es decir una cortante de viento en ese momento; algún problema con el avión en la parte material o procedimental.
“Eso nos lleva a tomar medidas posteriores”, indicó Casso.
El día del hecho, los pasajeros recibieron atención médica por parte del personal del aeropuerto de San Paulo.
En paralelo, personal técnico procedió a realizar las evaluaciones y reparación del avión, de acuerdo a las regulaciones del mismo fabricante. Se cambió la punta del ala y se repuso los paneles interiores.
En esta jornada se llevó adelante una inspección, denominada no destructiva, que incluye una revisión de la estructura del avión para analizar si hay una posible fisura, tarea que se hace con equipos especiales. En ello trabajan especialistas de Brasil y de BoA.
Los informes serán remitidos a BoA y a Boeing, para que se asuma una decisión sobre la nave, una de las 21 con la que cuenta la estatal boliviana para realizar vuelos nacionales e internacionales.
“Si todo está bien, se lo podrá traer a Cochabamba y, a partir de ahí, hacerle servicios de rutina para ponerlo en operación nuevamente”, indicó.
Casso explicó que la normativa aeronáutica establece que “un Hard Landing” difiere de un incidente o un accidente, que merecen una investigación externa, a cargo de la Dirección de Aeronáutica Brasileña.
Según normativa, un accidente es un evento mayor donde se pierden vidas, mientras que un incidente es un daño severo a la estructura de la aeronave que provoca la pérdida de capacidad de volar, pero sin decesos.
Sobre el piloto, Casso indicó que sobrepasa las 6.000 horas de vuelo y tiene más de 15 años de experiencia, no solo en BoA, sino en otras aerolíneas.