Defensoría del Pueblo lamenta nueva afrenta a la Whipala y discursos de odio que estimulan la división y polarización del país
La Defensoría del Pueblo condena los lamentables y bochornosos hechos registrados durante los actos protocolares en conmemoración a los 211 años de la gesta libertaria de Santa Cruz, donde la Wiphala nuevamente fue objeto de ataque y ultraje, donde un indígena del CONAMAQ fue chicoteado, actos que fueron impulsados y tolerados por el discurso del Gobernador del departamento de Santa Cruz, que llama al enfrentamiento y al odio entre bolivianos, afectando a quienes son parte de naciones y pueblos indígena originario campesinos.
Recuerda que la Wiphala es el emblema de los pueblos indígenas en varios países y que en Bolivia se ha constitucionalizado como símbolo patrio, por lo que junto a la bandera tricolor representan la plurinacionalidad del Estado; por tanto, el ultraje y la afrenta a este símbolo nacional, representa un nuevo ataque al modelo de Estado Plurinacional incluyente y que respeta las identidades culturales de nuestro país.
Pretender eliminar este símbolo de la plurinacionalidad demuestra la intolerancia hacia las naciones y pueblos indígena originario campesinos del país y un nuevo intento de asimilación o integración a un modelo que desconoce la diversidad e integración cultural del Estado boliviano.
El discurso del Gobernador de Santa Cruz, con un fuerte mensaje religioso, nuevamente llama a la confrontación e incita la discriminación racial e intolerancia hacia sectores indígenas de nuestro país, aspectos que fueron advertidos por la Defensoría del Pueblo en su informe “Crisis de Estado” y en el informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes GIEI- Bolivia sobre los hechos de 2019; este último informe resaltó que el racismo contra los pueblos indígenas es histórico y estructural, y que su inclusión en la vida política y administración del Estado exacerbó el resentimiento en ciertos sectores de la sociedad tradicionalmente dominantes, y que la eliminación de la Wiphala, la promoción del cristianismo evangélico como norma de orientación del Estado sirvieron para rechazar la identidad, la cultura y la historia indígenas.
La Defensoría del Pueblo le recuerda al Gobernador del Santa Cruz que su posición y discurso político no se contrapone a un partido político, sino un mensaje de rechazo a la Wiphala, a la plurinacionalidad y el desconocimiento a la diversidad cultural de Santa Cruz y de Bolivia, que además de ser peligrosos, no son sensatos, y pretenden marcar la presencia de la población indígena de tierras altas como invasores, llama a su expulsión y rechazo en el departamento cruceño, discurso que tiene un contenido de reduccionismo y de rupturas superficiales para exacerbar la confrontación, negación y desprecio hacia las personas pertenecientes e identificadas con una nación o pueblo indígena originario campesino.
En ese contexto, la Defensoría del Pueblo considera urgente la realización de un proceso de pacificación y reencuentro en el país, que respete los derechos humanos y fundamentales de todas y todos los habitantes, naciones y pueblos indígenas que habitan este país, y dejar de lado los discursos y actos que profundizan la división, la polarización y el odio, en la línea del GIEI Bolivia que recomendó la realización de una cumbre nacional sobre el racismo y la discriminación, además de promover diálogos que apunten al consenso y permitan trabajar hacia un horizonte común en la diversidad, integrar la perspectiva urbana y rural, y desnaturalizar el orden patriarcal que implica también la jerarquía entre indígenas y no indígenas.