El «juego del bicho», la lotería ilegal que mueve hilos en Brasil y es tan popular como el samba
El ‘jogo do bicho’ (juego del bicho), la lotería ilegal que se juega en esquinas o pequeños comercios de Brasil, mueve miles de millones de reales anuales y es considerado uno de los mayores sorteos clandestinos del mundo.
Asociado con el lavado de dinero y la financiación de campañas políticas, para entender el origen de este popular juego de azar hay que remontarse a 1892. En un momento de dificultades económicas, el barón João Batista Viana Drummond, fundador y propietario del Zoológico de Río de Janeiro, ideó una rifa para atraer a más visitantes y poder seguir manteniendo a sus animales.
Drummond imprimió el dibujo de 25 animales en los boletos de entrada y cada tarde escogía uno al azar. Quien tuviese en su billete al animal vencedor ganaba 20 veces el valor del ticket, lo que superaba muchas veces el salario de un trabajador.
El sorteo generó una «fiebre» sin precedentes en Río de Janeiro, y tres años después la alcaldía lo prohibió. Aunque no fue hasta 1941 cuando se declaró una «práctica ilegal», con una pena de prisión de entre cuatro meses y un año, además de una multa.
Esto no impidió que casi 130 años después de su nacimiento, el ‘jogo do bicho’, que ha sobrevivido a la dictadura militar y a decenas de presidentes, siga existiendo en Brasil, donde los juegos de azar están prohibidos y las únicas apuestas legales que se realizan son en las loterías estatales.
Aunque de vez en cuando la Policía despliega operativos para desmantelar puntos de juego, las autoridades suelen hacer la vista gorda, lo que permite que el sorteo este completamente integrado en la sociedad, que no ve en esta actividad algo ilícito.
Cómo funciona
Se juega en la calle o en pequeños comercios como un bar, el interior de una tienda de ropa o una panadería. No hay nada que lo identifique, pero los vecinos saben dónde hay que ir.
El juego transcurre de la siguiente manera: existe una lista de animales del 1 al 25, como en la época del barón Drummond. Cada animal está asociado a una secuencia de cuatro números del 1 al 100. El elefante, por ejemplo, va del 45 al 48 o el gato del 53 al 56.
Dependiendo del lugar, los números ganadores los anuncian los llamados ‘bicheiros’ (corredores de apuestas), y se desconoce cómo los seleccionan, pero a veces el resultado también es el de la propia Lotería Federal, en este caso, se trata de los dos últimos números del millar. Por ejemplo, si sale el número 1946, el ganador será el boleto del elefante (45-48). Los premios se calculan en base a una tabla de múltiplos y según lo invertido.
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