11 de octubre de 1902, la Batalla de Bahía, en la Guerra del Acre.
Un 6 de agosto de 1902, en Xapurí, estalla en el Acre (Territorio de Colonias del Noroeste) una revolución que proclama la independencia de dicho territorio encabezada por extranjeros, en rechazo al exagerado cobro de impuestos por parte de la aduana boliviana y por el arrendamiento del Acre, por parte de Bolivia a un consorcio anglo-americano denominado Bolivian Syndicate of New York, a cambio del 40% de las ganancias que generara el Acre.
Mientras los bolivianos en el bajo Acre huyen perdiendo todas sus posesiones, se solicita ayuda al gobierno nacional, que no llega.
Muchos compatriotas sucumben en manos del enemigo, como los ocupantes de Xapurí, en su mayoría funcionarios públicos, que el 6 de agosto 1902 fueron apresados y deportados al río Iaco (actualmente Municipio de Sena Madureira-Brasil), y nunca más se supo de ellos.
El 4 de octubre llega Nicolás Suárez a Porvenir él y 8 ocupantes de esa barraca deciden conformar un comité directivo para la organización y dirección de las operaciones de defensa.
El día 9 el comité nombra a los jefes y oficiales de la «Columna Porvenir” y la fuerza, compuesta por más de 80 civiles (indígenas, siringueros, empleados, administradores e industriales gomeros), parte a recuperar Bahía, pernoctando y haciendo noche en la pascana Peroquí, ubicada en el tercer arroyo entre Porvenir y Bahía.
El 10, mientras acampaban para almorzar a orillas del arroyo Floresta se acuerda el plan de ataque.
Llegan a Bahía a las 15:30 e, inmediatamente, inician combate, destacando la valentía y astucia de la columna que, antes del anochecer, acorrala a los brasileños. Esa jornada cae herido de muerte José Manuel Suarez, sobrino de don Nicolás Suarez.
El 11 de octubre de 1902, cuando los insumisos inician el ataque desde la margen izquierda del río Acre y rompen sus fuegos los de las trincheras, el presidente del comité da la orden de incendiar Bahía y, a las 11:30, se dispara la flecha incendiaria. Treinta minutos después comienzan a estallar los barriles de pólvora del almacén y se produce el asalto.
La primera compañía, al mando del primer jefe de la Columna, Simón Moreno toma el flanco de una de las trincheras; la segunda compañía al mando del segundo jefe, Luis Donato Moreira asalta los altos del barracón y los invasores que salían de las trincheras caen presas de los disparos de la tercera compañía. A las 13:40 la victoria era boliviana.
En marzo de 1903, la columna pasa a depender de las órdenes del presidente de la República, General del Ejército de Bolivia José Manuel Pando. El día 16 la Columna deja Porvenir y el 25 de abril arriba a Puerto Rico, donde, al día siguiente, llega una copia del Modus Vivendi y se suspenden las hostilidades. La columna es licenciada por Orden General del 11 de mayo de 1903.
Todos los héroes de la Columna Porvenir fueron patriotas, en todo el sentido de la palabra, que tomaron las armas cuando la patria en peligro exigió sus servicios y, pese a las penurias vividas, sintieron el orgullo de haber participado en la defensa de su territorio.
En 119 años se ha hecho poco por resaltar este acto glorioso de magnánima demostración de bolivianidad.
Hoy, nos disgustamos porque pareciera que algunos creen que carecemos de historia, cuando la nuestra es una historia fastuosa que debe ser rescatada y ofrecida a la colectividad para ser enseñada en todo el país y que explique, por ejemplo, que la ciudad de Cobija, antes fue Puerto Bahía y anterior a ello Barraca Bahía. Que antes de la ley del 24 de septiembre de 1938 éramos Territorio Nacional de Colonias del Noroeste. Que muchas poblaciones fueron antaño exbarracas, centros y colocaciones gomeras. Y que se nos haga entender que todo lo que somos y tenemos se lo debemos a ese puñado de héroes de la Columna Porvenir.
Como homenaje a esos valerosos que ofrendaron sus vidas y todo lo que poseían en estas tierras olvidadas por el Estado boliviano; al esfuerzo sobrehumano realizado y, para agradecerles por habernos dejado como herencia la tierra donde hoy vivimos, debemos festejar con júbilo el 11 de octubre la gesta histórica de la Batalla de Bahía, para honrar en su justa medida el recuerdo de sus acciones como muestra de respeto y admiración real de sus actos.
Fuente: Carlos Tiburcio